El tiempo, o
počasi como aquí le llaman, en Praga es un poco inestable y extremista. Inestable porque no puedes fiarte de un día soleado, yo siempre llevo un paraguas y una rebeca en el bolso... Y extremista porque puedes sufrir cerca de -15 grados en invierno hasta pasar sofocante calor de aprox. 30 grados en "verano". Y verano entrecomillado porque a 29 de junio aún estamos esperando que llegue.
Hace una semana creímos que había llegado pero NO, ahora volvemos a las mañanas a 10 grados, y eso en mi tierra es invierno. Pero tengo fe, ya que cuando llegué en agosto si que pase un cálido verano, eso si, de noches frescas.
|
Nieve y sol |
¿Y la lluvia? Pues seguro os habéis enterado de las fuertes
inundaciones en Praga, claro que esto no pasa siempre (que suerte la mía), pero si que hay semanas lluviosas o simplemente un día soleado pasa a ser un chaparrón de aupa y luego puede incluso volver a salir algo de sol.
|
Vallas por la subida del Moldava |
¿Las horas de sol? Pues ahora en verano bastantes, pocos días he visto yo de todo el cielo azul...pero al menos hay mucho sol, también ayuda que hay muchas horas de luz ya que anochece sobre las 9 y amanece sobre las 4. En invierno es una locura, porque aunque las horas de luz sean bastante menos, las que son pocas veces ves el sol, y si lo ves es solo por un par de horas. Lo que hace que los blanquitos como yo tengamos muy mala cara, aparezcan las pecas y las ojeras... eso sí, cuando sale el sol los parques se llenan de gente panza arriba para una inyección de vitamina D.
|
Estupendo día azul |
Para visitar Praga, siempre es mejor el verano, es mucho mas aprovechable y la ciudad tiene un color distinto. Eso si, en invierno tiene un gran encanto, pero no invita a estar paseando.
|
Un copo perfecto |
No hay comentarios:
Publicar un comentario